Yo tenía un gato, se llamaba Pancho.
Él se hacía llamar Don Francisco, Generosísimo Señor y Dueño del Sillón Blanco.
martes, febrero 23, 2010
martes, diciembre 01, 2009
sábado, octubre 24, 2009
La edad
La vejez, según me parece hasta ahora, es irse quedando sin opciones; al final de la vida uno se muere por que no queda más remedio.
viernes, septiembre 11, 2009
Cami..són.
Querida:
En tu ausencia, le construí un andamio a mi corazón. Las vigas son de viajes solitarios a tierras exóticas y los remaches sones de mi patria extraviada.
Querida, en tu ausencia le tejí un camisón a tu silueta, por temor a perderla de vista. En tu ausencia me engaño diciendote adiós todos los días pero dejándote cobardemente siempre un beso por si todavía me extrañas.
En tu ausencia soy menos que uno, soy yo sin ti.
Ni a quién le contara yo lo que a mí me esta pasado,
Se contaré a la tierra cuando me la estén echando.
Estrofa de son jarocho
En tu ausencia, le construí un andamio a mi corazón. Las vigas son de viajes solitarios a tierras exóticas y los remaches sones de mi patria extraviada.
Querida, en tu ausencia le tejí un camisón a tu silueta, por temor a perderla de vista. En tu ausencia me engaño diciendote adiós todos los días pero dejándote cobardemente siempre un beso por si todavía me extrañas.
En tu ausencia soy menos que uno, soy yo sin ti.
Ni a quién le contara yo lo que a mí me esta pasado,
Se contaré a la tierra cuando me la estén echando.
Estrofa de son jarocho
jueves, septiembre 10, 2009
Reinventando la rueda
I quickly realized that for me the
solution to the religious problem
meant solving an emotional problem
in rational terms.
Fernando Pessoa,
The Book of Disquiet (#332)
solution to the religious problem
meant solving an emotional problem
in rational terms.
Fernando Pessoa,
The Book of Disquiet (#332)
Los vecinos y tú
Esta mañana te volví a soñar.
Como sabes, llevo ya años soñante.Esta mañana estabas preciosa, como siempre; el sueño te involucraba, a ti, a tus labios, y a una cama comodísima, como casi siempre.
Justo, cuando me había convencido que aquella maravilla no podía ser un sueño y que la cosa se estaba poniendo encima más cachonda, me despertaron los de la construción vecina.
¿Será sensato soñarte así?¿Despertarme así?¿Haberle mentado la madre a cuatro forzudos albañiles?
Como sabes, llevo ya años soñante.Esta mañana estabas preciosa, como siempre; el sueño te involucraba, a ti, a tus labios, y a una cama comodísima, como casi siempre.
Justo, cuando me había convencido que aquella maravilla no podía ser un sueño y que la cosa se estaba poniendo encima más cachonda, me despertaron los de la construción vecina.
¿Será sensato soñarte así?¿Despertarme así?¿Haberle mentado la madre a cuatro forzudos albañiles?
martes, marzo 10, 2009
Sentidos
El amor entra por los ojos y sale por la manos.
El amor es yo sin ella y tú sin él. El amor vuela y viaja en tren, sonríe y llora – nomás por que sí. El amor toca y es nada de nada. El amor se engaña y traiciona, el amor es cama y cocina. El amor va y viene, viene y va, tantas veces como puede. El amor es una línea delgadita delgadita, una manta que nos cubre. El amor es converger a ti, a tu inexplicable bahía y a mi pensar sin dormir. El amor tiene tu mirada y tu sonrisa. El amor es de manos y ojos hacia afuera, el amor es un yo sin ti y otro tú sin mi.
24 de julio de 2002.
El amor es yo sin ella y tú sin él. El amor vuela y viaja en tren, sonríe y llora – nomás por que sí. El amor toca y es nada de nada. El amor se engaña y traiciona, el amor es cama y cocina. El amor va y viene, viene y va, tantas veces como puede. El amor es una línea delgadita delgadita, una manta que nos cubre. El amor es converger a ti, a tu inexplicable bahía y a mi pensar sin dormir. El amor tiene tu mirada y tu sonrisa. El amor es de manos y ojos hacia afuera, el amor es un yo sin ti y otro tú sin mi.
24 de julio de 2002.
sábado, septiembre 29, 2007
Shopping Minds
Los consultorios de psicoanalistas son como los centros comerciales: idénticos en todo el mundo.
martes, septiembre 11, 2007
La Tragedia de Julio (1992). Acto I, Escena 1
Escrito por: Los Poetas de la Última Fila
c.1992
ACTO I, Escena 1
NARRADOR:
Distinguiderrimo público:
Bienvenidos a esta sesión,
esto no es nada cómico
así es que pongan atención.
Nos encontramos en la antigua Roma,
regida por su emperador,
a quien Bruto jugó una mala broma
según cuenta en gran escritor.
PUBLICO:
Déjense de tanto choro
la obra queremos ver
ya que el tiempo vale oro
y no lo queremos perder.
NARRADOR:
Si el público clama a coro,
como lo acaba de hacer,
a mí me vale gorro
sus palabaras se han de comer.
Si no hay nada más que agregar
y se el profesor nos lo permite
habremos de continuar...
que la historia se repite.
(Musica de Eye of the Tiger.)
CESAR:
Romanos:
Les doy a ustedes la más cordial bienvenida,
buenas noticias traen mis labios
a Pompeyo le hice la movida.
PUEBLO:
!Bravo, Bravo, Bravo!
!Que viva el conquistador!
CESAR:
Pompeyo salió con las patas entre el rabo
se los digo yo, mi más ferviente admirador.
(Aplausos del pueblo)
CESAR:
A ustedes pueblo adulador
les dedico esta victoria
de este su seguro servidor,
espero me guarden en memoria
a su querido salvador,
y lo eleven a la gloria:
!Hsganme emperador!
PUEBLO:
Vamos, César, síguele
hablas muy bonito.
A tu rima mídele
pa que le hagamos el corito.
CESAR: (Carraspea)
Ayer planté unos tomates
en mi huerto de salvado,
pero salieron cacahuates
por regarlos demasiado.
(Pueblo se queda con el anonadado)
PUBLICO:
Ese verso no me late
porque ya ests muy choteado
todavía con "aguacate"
y te lo hubiéramos pasado.
CESAR:
No me interesa la fama,
y como soy muy mono
tampoco quiere su lana
sólo sentarme en el trono.
(Cesar codea a Marco Antonio)
ANTONIO:
Y porqué no, romanos?
Démosle la corona
prometió baños públicos sanos,
y una discoteque en cada zona.
CESAR: Es demasiado para miguel
una corono de oro,
ANTONIO: Démosle una de laurel
y nombrémosle rey a coro.
(Se van en hombros)
PUBLICO:
Marco Antonio es bien barbero,
y siempre jala parejo.
César el mss chorero,
y al pueblo se trae...loco.
NARRADOR:
Este pyblico alburero
nos duele mucho en el alma
se puede poner severo
el buen profesor Palma.
Lo que el público no sabe
es que unos conspiradores,
quieren que el César acabe
en una tumba sin flores.
Preswntoles pues a tales rufianes,
escepto a Bruto que es de buen corazón,
y por ello los muy gananes
lo enganaron sin consideración.
c.1992
ACTO I, Escena 1
NARRADOR:
Distinguiderrimo público:
Bienvenidos a esta sesión,
esto no es nada cómico
así es que pongan atención.
Nos encontramos en la antigua Roma,
regida por su emperador,
a quien Bruto jugó una mala broma
según cuenta en gran escritor.
PUBLICO:
Déjense de tanto choro
la obra queremos ver
ya que el tiempo vale oro
y no lo queremos perder.
NARRADOR:
Si el público clama a coro,
como lo acaba de hacer,
a mí me vale gorro
sus palabaras se han de comer.
Si no hay nada más que agregar
y se el profesor nos lo permite
habremos de continuar...
que la historia se repite.
(Musica de Eye of the Tiger.)
CESAR:
Romanos:
Les doy a ustedes la más cordial bienvenida,
buenas noticias traen mis labios
a Pompeyo le hice la movida.
PUEBLO:
!Bravo, Bravo, Bravo!
!Que viva el conquistador!
CESAR:
Pompeyo salió con las patas entre el rabo
se los digo yo, mi más ferviente admirador.
(Aplausos del pueblo)
CESAR:
A ustedes pueblo adulador
les dedico esta victoria
de este su seguro servidor,
espero me guarden en memoria
a su querido salvador,
y lo eleven a la gloria:
!Hsganme emperador!
PUEBLO:
Vamos, César, síguele
hablas muy bonito.
A tu rima mídele
pa que le hagamos el corito.
CESAR: (Carraspea)
Ayer planté unos tomates
en mi huerto de salvado,
pero salieron cacahuates
por regarlos demasiado.
(Pueblo se queda con el anonadado)
PUBLICO:
Ese verso no me late
porque ya ests muy choteado
todavía con "aguacate"
y te lo hubiéramos pasado.
CESAR:
No me interesa la fama,
y como soy muy mono
tampoco quiere su lana
sólo sentarme en el trono.
(Cesar codea a Marco Antonio)
ANTONIO:
Y porqué no, romanos?
Démosle la corona
prometió baños públicos sanos,
y una discoteque en cada zona.
CESAR: Es demasiado para miguel
una corono de oro,
ANTONIO: Démosle una de laurel
y nombrémosle rey a coro.
(Se van en hombros)
PUBLICO:
Marco Antonio es bien barbero,
y siempre jala parejo.
César el mss chorero,
y al pueblo se trae...loco.
NARRADOR:
Este pyblico alburero
nos duele mucho en el alma
se puede poner severo
el buen profesor Palma.
Lo que el público no sabe
es que unos conspiradores,
quieren que el César acabe
en una tumba sin flores.
Preswntoles pues a tales rufianes,
escepto a Bruto que es de buen corazón,
y por ello los muy gananes
lo enganaron sin consideración.
lunes, septiembre 10, 2007
Las Bodas
Me dicen que en las bodas uno siempre conoce un nuevo amor. Así, con ese pretexto, me presento.
Desde hace horas que, secretamente, no dejo de mirarla. No puedo dejar de envidiar a sus pies que no paran de sacarla a bailar.
Desde hace horas que, indiscretament, no dejo de preguntarme si no será esta nuestra boda o si es cierto que los invitados saben que ese vestido tan lindo que lleva he de quitárselo yo.
Desde hace horas que, enamorado, quisiera decirle: si viene con aquel, déjelo, vámonos. Si viene sóla, olvídese del resto, cásese conmigo hoy, y en el resto de las bodas.
Desde hace horas que, secretamente, no dejo de mirarla. No puedo dejar de envidiar a sus pies que no paran de sacarla a bailar.
Desde hace horas que, indiscretament, no dejo de preguntarme si no será esta nuestra boda o si es cierto que los invitados saben que ese vestido tan lindo que lleva he de quitárselo yo.
Desde hace horas que, enamorado, quisiera decirle: si viene con aquel, déjelo, vámonos. Si viene sóla, olvídese del resto, cásese conmigo hoy, y en el resto de las bodas.
jueves, septiembre 06, 2007
Promesas
Voy a hacerme un arreglo,
que me deje respirar contento, sereno, sin ataduras de ti.
Voy a hacerme un sombrero,
con luz de la mañana y una sonrisa sin sombra del pasado.
Voy a hacerme un arreglo
para poder vivir sin ti, continuamente,
cómo en los últimos tiempos cuando estabas presente.
Voy a hacerme un abrigo de mi,
para vivir, para seguir viviendo, sin ti.
Amor, voy a hacerme un arreglo de palabras,
para sentarme a contemplarte, para no verte más sin mi.
que me deje respirar contento, sereno, sin ataduras de ti.
Voy a hacerme un sombrero,
con luz de la mañana y una sonrisa sin sombra del pasado.
Voy a hacerme un arreglo
para poder vivir sin ti, continuamente,
cómo en los últimos tiempos cuando estabas presente.
Voy a hacerme un abrigo de mi,
para vivir, para seguir viviendo, sin ti.
Amor, voy a hacerme un arreglo de palabras,
para sentarme a contemplarte, para no verte más sin mi.
martes, julio 10, 2007
Los alcatraces
A pesar de las luces y mi poca paciencia, todavía lo estaba checando de reojo. Inclinado sobre la vieja esa, sonriente, hablándole al oído, como si el escándalo fuera sólo un pretexto. Pinche güera, con su narizita de muñeca y su aburrida colita de caballo. Su ex, su primer amor ¡Ja! ¡Cómo si el amor fuera de porcelana!
Por alguna razón, yo no había mandado a volar al gordo que no me dejaba en paz. Me decía no se qué de mis ojos. Ya saben, lo típico. Yo soy Pedro Palazuelos, será panza-suelos pensé. Yo te conozco, tú te llamas Eva. ¿Quién te dijo? le contesté enojada por la repentina indiscreción. Tú y yo fuimos amantes en otra vida ... bla, bla, bla.
Ya estaba tan cerca la carita bien rasurada del cabrón de Eduardo, que se confundía con las mejillas de la fulana. Seguro ya podia oler la colonia que le había regalado su tía, la que se cree devora hombres y santa. ¡Qué ni se haga el galán, que de camino a la disco casi llora por que le negué un beso!
¿No quieres bailar? dijo el tal Pala-no-se-qué. Por reflejo me llevé la mano a la cadena que me regaló mi abuelo. Órale, así por lo menos me distraigo un poco e igual se me pasa el coraje. Nos fuimos a la pista, él por supuesto no soltó su güisqui.
¿Dónde estabas? Que te importa, ya vámonos, me van a matar en mi casa. Eduardo, visiblemente satisfecho por creer que mi enojo era por celos, quiso agarrarme de la mano. Afuera, el gordo Pala-bromas estaban hablando con el patán que cuidaba la cadena. ¿Por qué te vas tan temprano Evita?
Eduardo tenia la cara roja, iluminada por la luz del semáforo. ¿Quién era ese güey? Nadie, contesté distraída viendo los alcatraces del camellón. Se pasó el alto tan impunemente como pudo hacerme ver; su coche con quemacocos era lo más preciado que tenía después de su ridícula reputación de galán.
A unas cuadras de mi casa, un golpe seco debajo del coche le sacó la única mueca franca de la noche. Ya sabes flaca que me tienes que avisar de los topes. Perdona, se me olvidó. Y volvió a acelerar, escondiéndose otra vez en su cara de niño bien.
El segundo golpe se sintió más fuerte que el primero y lo obligó a bajarle casi del todo a la música. Híjoles, perdóname estoy segura que ese tope es nuevo. Eduardo me volteó a ver con la misma cara que me puso mi papá cuando le dije que quería hacer paracaidismo. Sonreí. Para resarcir el orgullo, herido por los dos topes anteriores, aceleró más aún. El tercer golpe, que no tardó en llegar, terminó por dejar en claro que yo no daba un carajo por su coche, ni por su pelito relamido, ni por él.
Se detuvo frente a mi casa. La luz del cuarto de mis papás estaba prendida. No quiero volverte a ver, dije, y me bajé del coche sin ver su reacción. Saqué las llaves de mi casa. Pinche güera, y lo peor es que todavía tengo que aguantar el choro de mi papá.
Abril, 2002.
Por alguna razón, yo no había mandado a volar al gordo que no me dejaba en paz. Me decía no se qué de mis ojos. Ya saben, lo típico. Yo soy Pedro Palazuelos, será panza-suelos pensé. Yo te conozco, tú te llamas Eva. ¿Quién te dijo? le contesté enojada por la repentina indiscreción. Tú y yo fuimos amantes en otra vida ... bla, bla, bla.
Ya estaba tan cerca la carita bien rasurada del cabrón de Eduardo, que se confundía con las mejillas de la fulana. Seguro ya podia oler la colonia que le había regalado su tía, la que se cree devora hombres y santa. ¡Qué ni se haga el galán, que de camino a la disco casi llora por que le negué un beso!
¿No quieres bailar? dijo el tal Pala-no-se-qué. Por reflejo me llevé la mano a la cadena que me regaló mi abuelo. Órale, así por lo menos me distraigo un poco e igual se me pasa el coraje. Nos fuimos a la pista, él por supuesto no soltó su güisqui.
¿Dónde estabas? Que te importa, ya vámonos, me van a matar en mi casa. Eduardo, visiblemente satisfecho por creer que mi enojo era por celos, quiso agarrarme de la mano. Afuera, el gordo Pala-bromas estaban hablando con el patán que cuidaba la cadena. ¿Por qué te vas tan temprano Evita?
Eduardo tenia la cara roja, iluminada por la luz del semáforo. ¿Quién era ese güey? Nadie, contesté distraída viendo los alcatraces del camellón. Se pasó el alto tan impunemente como pudo hacerme ver; su coche con quemacocos era lo más preciado que tenía después de su ridícula reputación de galán.
A unas cuadras de mi casa, un golpe seco debajo del coche le sacó la única mueca franca de la noche. Ya sabes flaca que me tienes que avisar de los topes. Perdona, se me olvidó. Y volvió a acelerar, escondiéndose otra vez en su cara de niño bien.
El segundo golpe se sintió más fuerte que el primero y lo obligó a bajarle casi del todo a la música. Híjoles, perdóname estoy segura que ese tope es nuevo. Eduardo me volteó a ver con la misma cara que me puso mi papá cuando le dije que quería hacer paracaidismo. Sonreí. Para resarcir el orgullo, herido por los dos topes anteriores, aceleró más aún. El tercer golpe, que no tardó en llegar, terminó por dejar en claro que yo no daba un carajo por su coche, ni por su pelito relamido, ni por él.
Se detuvo frente a mi casa. La luz del cuarto de mis papás estaba prendida. No quiero volverte a ver, dije, y me bajé del coche sin ver su reacción. Saqué las llaves de mi casa. Pinche güera, y lo peor es que todavía tengo que aguantar el choro de mi papá.
Abril, 2002.
sábado, julio 07, 2007
Hacer
Hagamos, de hacer, un trato entre tus ojos y los míos. Hagamos, de inventar, un beso entre tu boca y la mía.
Hagamos, de sudar, un cuerpo entre el tuyo y el mío. Hagamos, de querer, un amor entre tú y yo.
Hablemos con la vida y la muerte. Hagamos, de buena fe, un trato inquebrantable, para que ni ella ni ella diluyan lo que tenemos entre manos y corazones.
Hagamos, amor mío, de amor lo nuestro y dejemos el resto para mañana.
Febrero, 1999.
Hagamos, de sudar, un cuerpo entre el tuyo y el mío. Hagamos, de querer, un amor entre tú y yo.
Hablemos con la vida y la muerte. Hagamos, de buena fe, un trato inquebrantable, para que ni ella ni ella diluyan lo que tenemos entre manos y corazones.
Hagamos, amor mío, de amor lo nuestro y dejemos el resto para mañana.
Febrero, 1999.
Corazón robado
!Oye, regrésame mi corazón! ¿Cuánto tiempo más crees que lo vas a tener? Lo necesito, en serio, no seas así.
Soy yo, el que te ha amado, de ida y vuelta. Si quieres usarlo, te vas a tener que venir a vivir acá, conmigo. Venir poco a poco, un dedito a la vez.
!Esta bien! ¡Quédate con mi corazón, ya no lo quiero! ¿para qué? Si tu sigues del otro lado del mundo, lejos de mi y de mi vida sin ti.
Soy yo, el que te ha amado, de ida y vuelta. Si quieres usarlo, te vas a tener que venir a vivir acá, conmigo. Venir poco a poco, un dedito a la vez.
!Esta bien! ¡Quédate con mi corazón, ya no lo quiero! ¿para qué? Si tu sigues del otro lado del mundo, lejos de mi y de mi vida sin ti.
viernes, julio 06, 2007
Juego
Ya lo ves bonita, nuestro juego no es nuevo, pero nuestros besos son únicos en el espacio sideral por que vienen y van a la boca de esa linda muchacha, tan linda, que sólo puede ser tú.
Mayo/2003
Mayo/2003
lunes, julio 02, 2007
Limón y Frambuesa
Ayer día dejé un libro de Neruda sobre el estante. Quizás, si me hubiera animado a pagar los diez euros que pedían por la antología, no les estaría escribiendo ahora...
Salí de la librería y el sol pegaba a full. Me puse los lentes obscuros y me diluí entre los demás turistas.
Entre el sin fin de tiendas, encontré una heladería donde los clientes en fila se ponían de puntitas para alcanzar a ver el menú sin perder su lugar. Dos niñitas corrían de la madre al mostrador a la madre, y aquellos que salían satisfechos del local, devoraban sus helados sin dignarse a ver a aquellos que todavía esperaban su turno. No resistí la tentación, y me formé detrás de un señor que algo le murmuraba a la vida.
Salí con una de limón y otra de frambuesa, relamiéndome los bigotes y mirando de reojo a los pobres diablos que esperaban impacientemente su turno. Me perdí en la ciudad, ignorando mi excesiva carga de trabajo, aquella que en parte no me dejó llevarme a Neruda en la bolsa.
Había quedado de ver a una pareja de amigos a cenar, así que aproveché las últimas horas antes de verlos para internarme en una biblioteca para intentar sacarle un par de líneas al artículo que vengo arrastrado desde hace meses. El mentado artículo salió como entró, dos horas más tarde, quizás por que nunca logré zafarme de la idea de regresar corriendo por otro helado.
Cuando llegué, ya me estaban esperando. Nos saludamos con cariño y nos sentamos en una mesita a la orilla de la plaza. Una amiga va ha venir a cenar con nosotros, me explicaron.
Y así, llegó. Con ojos grandes y verdes como limones, y boca roja y fresca como – ¿adivinan? – frambuesa. Para cuando habíamos ordenado el entremés, yo ya sabía que con aquella mujer quería pasar directo al poste. Durante la cena, pretendía escuchar a mis amigos hablar de las bondades de la ciudad, mientras me perdía en la mirada y en la sonrisa de aquella mujer. La tarde pasó como la vida entera.
Mis amigos se despidieron, y por azares del destino, ella y yo nos quedamos solos junto al rio. Perdona, tal vez sea inapropiado, nunca le dije, pero hoy un poema de Neruda me dejó el corazón expuesto, que ojos tan lindos tienes. Me alejé contento de tener tiempo para trabajar un poco más en la noche antes de dormir... Imbécil.
Hoy me desperté temprano y triste, mañana dejo la ciudad. Temo no volver a verla, pero más, temo no poder olvidar que un día la dejé sobre el estante. Por eso quería contarles, aunque sea olvido el único dolor que ella me causa, y éstas las últimas líneas que de ella escribo.
Julio, 2002
Salí de la librería y el sol pegaba a full. Me puse los lentes obscuros y me diluí entre los demás turistas.
Entre el sin fin de tiendas, encontré una heladería donde los clientes en fila se ponían de puntitas para alcanzar a ver el menú sin perder su lugar. Dos niñitas corrían de la madre al mostrador a la madre, y aquellos que salían satisfechos del local, devoraban sus helados sin dignarse a ver a aquellos que todavía esperaban su turno. No resistí la tentación, y me formé detrás de un señor que algo le murmuraba a la vida.
Salí con una de limón y otra de frambuesa, relamiéndome los bigotes y mirando de reojo a los pobres diablos que esperaban impacientemente su turno. Me perdí en la ciudad, ignorando mi excesiva carga de trabajo, aquella que en parte no me dejó llevarme a Neruda en la bolsa.
Había quedado de ver a una pareja de amigos a cenar, así que aproveché las últimas horas antes de verlos para internarme en una biblioteca para intentar sacarle un par de líneas al artículo que vengo arrastrado desde hace meses. El mentado artículo salió como entró, dos horas más tarde, quizás por que nunca logré zafarme de la idea de regresar corriendo por otro helado.
Cuando llegué, ya me estaban esperando. Nos saludamos con cariño y nos sentamos en una mesita a la orilla de la plaza. Una amiga va ha venir a cenar con nosotros, me explicaron.
Y así, llegó. Con ojos grandes y verdes como limones, y boca roja y fresca como – ¿adivinan? – frambuesa. Para cuando habíamos ordenado el entremés, yo ya sabía que con aquella mujer quería pasar directo al poste. Durante la cena, pretendía escuchar a mis amigos hablar de las bondades de la ciudad, mientras me perdía en la mirada y en la sonrisa de aquella mujer. La tarde pasó como la vida entera.
Mis amigos se despidieron, y por azares del destino, ella y yo nos quedamos solos junto al rio. Perdona, tal vez sea inapropiado, nunca le dije, pero hoy un poema de Neruda me dejó el corazón expuesto, que ojos tan lindos tienes. Me alejé contento de tener tiempo para trabajar un poco más en la noche antes de dormir... Imbécil.
Hoy me desperté temprano y triste, mañana dejo la ciudad. Temo no volver a verla, pero más, temo no poder olvidar que un día la dejé sobre el estante. Por eso quería contarles, aunque sea olvido el único dolor que ella me causa, y éstas las últimas líneas que de ella escribo.
Julio, 2002
sábado, marzo 03, 2007
La Abulieta de Pepe
- Oye Pepe, ¿qué tu abuelita estuvo en el hospital? ¿Cómo está?
- Chido. Yo creí que iba a valer madres, pero agarro el pedo.
- Chido. Yo creí que iba a valer madres, pero agarro el pedo.
lunes, febrero 19, 2007
En otras noticias
Hoy querida, me volví a encontrar con tu figurita
ausente. Otra vez, clara y fulgurante. Espero
que no pienses en mí, que no me sueñes como yo te sueño.
Por que eres mi ..... puta madre que pinche hueva me doy!!
Abril 14, 2003.
ausente. Otra vez, clara y fulgurante. Espero
que no pienses en mí, que no me sueñes como yo te sueño.
Por que eres mi ..... puta madre que pinche hueva me doy!!
Abril 14, 2003.
Relativism
Puzzles me that, in the most rushed of hours,
there is always time for seemingly pointless things.
there is always time for seemingly pointless things.
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